El "Esclavo Mayor" de Tauste


El Esclavo mayor y su familia, entrando en la iglesia de Santa María de Tauste,
escoltado por los danzante de la villa aragonesa

Mi abuelo era muy amigo del entonces secretario del Ayuntamiento de su pueblo, se llamaba Calixto Magaña Rodríguez. Este señor se jubiló como secretario del Ayuntamiento de Tauste, pero a pesar de ya no estar en Villanueva, seguía teniendo amistad con mi abuelo, de tal manera que todos los años le invitaba a las fiestas de Sanchoabarca, en abril. Mi abuelo no fue nunca, que yo sepa pero si conservé durante muchos años los programas de fiestas que él le enviaba. Alguna vez los he repasado y siempre me llamó la atención una figura que aparecía en todos ellos, el “Esclavo Mayor” que saludaba a los taustanos, como si fuera el mismísimo alcalde de la Villa. 

En el principio de los tiempos el Santuario de Sanchoabarca estaba servido por ermitaños hasta que en el año 1674 aparecieron los esclavos, con el fin de «promover y dilatar con todo afecto la mayor gloria y culto de María Santísima, así como conservar su templo «en caso de que los hermanos ermitaños acabasen o no tuviesen suficientes fuerzas para la manutención»[i]. Tenían la obligación de auxiliarles en la asistencia a los enfermos o encarcelados Por entonces la devoción a Nª. Sra. de Sancho Abarca debía tener cierto arraigo popular entre los pastores navarros de la Bardena y los vecinos de Tauste, será a partir de entonces cuando se reglamentará de mano del entonces ermitaño Juan de Noballas quien edificó el templo y casas del Santuario e instituyó la Cofradía, cuyas ordinaciones fueron aprobadas en 1718 por el Arzobispo de Zaragoza. Según éstas vivirían ocho ermitaños permanentemente en el Santuario, que atendían no solo a los vecinos de Tauste, sino también a los de localidades vecinas sobre todo la ribera del Ebro, bajas Cinco Villas y Bardena navarra. Esta difusión de la advocación mariana llevará a concederle el título de “Abogada de los reinos de Aragón y Navarra” que utilizó como título en su obra el padre Iturri de Roncal, un libro que yo conocí porque se guardaba en el “sabayaó”[ii] de la casa de mis abuelos roncaleses. Además atendían un hospital dentro de la misma localidad. 

Corría el año 1847 cuando Isabel II, tras la desamortización del Santuario concede la utilización y conservación del mismo con cargo al municipio. Con el fin de que sirviera «como habitación segura para los viajeros que por aquel solitario monte transitaban»[iii]. A raíz de esta Orden, el Ayuntamiento taustano aprobará unas ordinaciones que comenzaron a regir el 6 de enero de 1850 según las cuales, el Santuario quedaba bajo la supervisión de una Junta Inspectora presidida por el Alcalde de la Villa, con el Vicario como Vicepresidente. Es a partir de entonces cuando la devoción por la Virgen de Sancho Abarca pasará a ser patrimonio exclusivo de Tauste y por tanto un símbolo identitario de la localidad cincovillesa. A partir de entonces fue disminuyendo el número de ermitaños, capellanes y personal a disposición del Santuario, que pasaría a ser residencia de estudiantes del «Instituto o Congregación de Religiosos de la Sagrada Familia» y en 1927 propiedad de los padres agustinos recoletos[iv]. 

En cuanto a la primitiva Cofradía, a causa de «las dificultades naturales que debían ofrecerse para subir al Santuario, celebrar los actos y ejercicios propios de la congregación». En 1765 fue refundada en la que hoy día aún subsiste, trasladando su devoción a la capilla de la Virgen que existe dentro de la Iglesia Parroquial[v]. En la actualidad recibe el nombre de Cofradía de la Esclavitud de Nª. Sra. de Sancho Abarca. Con bulas otorgadas por los pontífices Clemente XIII y Pio VI las cuales, concedían a los cofrades «Indulgencia plenaria y remisión de todos sus pecados a ambos sexos que, confesados y comulgados en el día de su ingreso, orasen en el interior de la iglesia parroquial o capilla de Nª. Sra. por la paz y concordia entre los príncipes cristianos, extirpación de las herejías y aumento de la Fe católica». Además debían observar el cumplimento estricto de sus obligaciones; como asistencia a vísperas, misas, procesiones o acompañamiento del viático, entre otras de carácter religioso. Se obtenían hasta 60 días de indulgencia plenaria por asistir a entierros, recibir a pobres y peregrinos en sus casas, enseñar la Doctrina cristiana, hacer la paz con sus enemigos, enemistados o «no pudiendo acompañar al Viático, recen un Pater noster y un Ave María al oír las campanas, postrándose de rodillas»[vi]. 

Estas Ordinaciones establecen el venerable Capítulo eclesiástico cada día 21 de abril, fecha a partir de la cual los llamados “esclavos” designados para ese año, deberán dedicarse «al servicio de la Señora, por amor y gratitud»[vii]. De entre ellos el Esclavo Mayor, o Racionero que lo es a quien corresponde «por turno»[viii] hacer la fiesta del año siguiente. Le auxilian en su labor dos Mayordomos seculares y entre los tres, deberán ser «sugetos distinguidos y de autoridad en el pueblo» que estarán auxiliados por una junta compuesta por el Vicario, Racionero decano, el Esclavo mayor antecedente, un “Llamador” «que convoque a las juntas» y dos sacristanes «que cuiden la cera y la repartan en las funciones». 

Entre las principales funciones del Esclavo Mayor están las de llevar «el Guion de la Esclavitud en la procesión o procesiones de Nª. Sra.» auxiliado por los Mayordomos, quienes portarán «los Cordones». El Estandarte será llevado de la casa del Esclavo Mayor en procesión «con luces y la mayor decencia posible» hasta la capilla de Nª. Sra. la víspera de la fiesta, donde se cantará una Salve y permanecerá expuesto hasta el día siguiente «para la procesión». En ese día no le estaba permitido al Esclavo Mayor, ni a sus Mayordomos hacer convite, refresco, ni demostración alguna costosa «sino que deberán ajustarse, sin escederse jamás de lo que hasta aquí se tiene practicado» gastando solo, aquello que el Capítulo le da anualmente y «de antiguo»[ix] para la fiesta. El Portaestandarte está relacionado con las fuerzas de caballería medievales; este emblema que solía representar a la villa, al señor o a la compañía era transportado por un oficial, generalmente caballero y constituía la referencia común a los que luchaban bajo esa bandera, además en tiempos de paz «presidía las reuniones del Concejo»[x] y era escoltado por algún jurado o caballero en las procesiones y demás manifestaciones públicas. No sería nada extraño que en el Tauste de mediados del siglo XVIII, donde imperaba el título histórico-jerárquico de villa infanzona con derecho a lucharse, sus naturales y vecinos de «todos los honores, libertades, franquicias y demás exenciones propias de los caballeros del Reino» y donde convivían 62 vecinos «considerados nobles» en una población de 2.500 habitantes entre los cuales los había 27 con títulos de nobleza, dos empleados de hacienda, un administrador de correos, otro de aduanas y un estanquero[xi]. Entre 1766 y 1864 ejercieron la esclavitud 297 personas «de diferentes clases y oficios» entre los cuales hubo eclesiásticos, magistrados, profesores, empleados, comerciantes, propietarios, artesanos y labradores»[xii]. Al cargo de Esclavo no solo podrían acceder los hijos de Tauste, sino también «de todas las circunvecinas poblaciones donde está tan radicada la devoción a Nª. Sra.»[xiii] no obstante a la dignidad mayor de la esclavitud, solo han accedido hijos de la Villa. En este sentido los ha habido procedentes de localidades cercanas como Castejón de ValdeJasa, Ejea y Luna. 

Hoy en día, ser “esclavo” en Tauste es todo un honor y un privilegio que no todos pueden alcanzar, se cuenta que hay personas que son inscritas en la lista que existe al efecto y espera una media de 50 años para alcanzar este puesto, durante todo este tiempo muchos ahorran con el fin de organizar las mejores fiestas posibles para sus con vecinos, se cuenta que hay casos en los que algunos han regresado a su pueblo, tras años de estar fuera de él, con el fin de ser esclavo y pasar esos días con los suyos, se trata de una auténtica fiesta en la que se invitan a familiares, amigos e incuso curiosos, es todo un acontecimiento social para el pueblo y sobre todo familiar.


Los danzantes esperando al "Esclavo"

Estandarte de la Vigen colgado en en el balcón de la 
Cámara agraria.

El esclavo recibido por el Ayuntamiento de Tauste

Comitiva del Esclavo, en primer término los danzantes, acompañados por 
los gaiteros de Estella (Navarra)
 



[i] .- Orencio Cardona & Mariano Supervía. Ampliación del libro escrito por el Padre Basilio Iturri de Roncal, Historia de Nuestra Señora de Sancho Abarca, abogada de los reinos de Aragón y Navarra. Imprenta de José Mª. Magallón. Zaragoza 1864.

[ii] .- Falsa o desván según la fabla del valle de Roncal.

[iii] .- Orencio Cardona & Mariano Supervía, pág. 167

[iv] .- José Espasa Edit. Voz “Tauste”. Enciclopedia Universal Ilustrada, Espasa Calpe. Madrid Barcelona 1928, tomo LIX págs. 934-37

[v] .- Orencio Cardona & Mariano Supervía, págs. 139 - 41

[vi] .- Ibídem., págs. 81-83

[vii] .- Ibídem., pág. 75

[viii] .- Ibídem., pág. 76-81

[ix] .- Ibídem.

[x] .- Isabel Falcón Pérez, Zaragoza en el siglo XV: Morfología urbana, huertas  término municipal. Srv. De Publicaciones del Excmo. Ayto. de Zaragoza, 1981, pág. 39

[xi] .- varios, voz “Tauste”. Gran Enciclopedia Aragonesa, tomo XII. Unali, Zaragoza 1981, págs. 3162-64.

[xii] .- Orencio Cardona & Mariano Supervía, págs. 83-95

[xiii] .- págs. 76-81

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