Mama pato y sus polluelos
Hace poco más de un mes estuve en el
barrio de Casablanca (Zaragoza) y pude observar junto al canal Imperial de
Aragón, que pasa por allí mismo en dirección a las esclusas que dan nombre al
barrio, había alguna pata que andaba con dificultad, se notaba que llevaba un
exceso de carga y sobrepeso, entendí que estaría muy cerca la época de
incubación (en las hembras es de 28 días, una Luna justamente, aunque los patos
silvestres tienen algo más de un mes).
Hace unos días un veterano periodista
local, Lisardo de Felipe, publicaba en su muro se Facebook unas fotos de ese
mismo lugar con una “mama pato” rodeada de sus polluelos (para que luego digan
que en las redes sociales no existe comunicación ni información) así que hoy
que es fiesta en Zaragoza, me he subido de nuevo hasta el pequeño estanque que
hace el canal en las esclusas para buscar y fotografía a esta pollada. No me ha
sido muy difícil encontrarla. El animal estaba en una orilla, casi pegado a la
barandilla que separa el cauce del paseo; la mamá miraba detenidamente en su
alrededor pero sin perder ojo a sus polluelos, que se encontraban apretujados
justo delante de ella, la verdad es que no sé cuántos días tendrían. Una señora
ha pasado y ha dicho que había contado hasta 13 “bebés pato” como también ha
dicho una niña entusiasmada al ver el espectáculo. Otra señora, quizás un poco
más inoportuna ha exclamado ¡Pobrecicos, pronto no quedará ninguno, se los
comen las ratas! Personalmente y a la vista de cómo ha reaccionado mamá pato,
cuando he saltado la valla para acercarme un poco a su familia, creo que pueden
estar seguros de que nada les pasará a los pequeñuelos y es que a un gesto de
su madre, todos los polluelos se han refugiado bajo ella, como una culeca.
Después de un rato en la orilla, la
familia pato ha decidido darse un chapuzón y nunca mejor dicho aquello de “al
agua patos” uno tras otro de los patitos, han seguido a su madre hasta el lecho
del canal. Rodeando a mamá, la familia ha bajado por la orilla hasta el cercano
puente, allí y viendo que los polluelos se le desmandaban, ha abierto sus alas
ostensiblemente como dándoles otra señal, inmediatamente toda la patada ha dado
media vuelta y ha deshecho el camino andado, pero en esta ocasión se han
cruzado a la orilla opuesta, todo ello con un montón de gente haciéndoles
fotografías y niños entusiasmados y no tan niños.
Mientras todo esto sucedía, los patos
solteros estaban algo alborotados buscando pareja, se nota que la primavera
también les altera persiguiendo a las futuras “mamas pato” por todo el curso
del Canal. Algunas rechazaban a sus cortejadores levantando el vuelo y huyendo
del lugar, en otros casos ha sido muy distinto, así un pato iba detrás de una
hembra y como no ha recibido ninguna señal positiva ha cambiado de rumbo, en
ese momento la “patita” presumida se ha dado cuenta y ha ido tras él, una vez
alcanzada a la pareja elegida, éstos se han escondido en un cañaveral, extraño
y curioso pudor por cierto, bueno ya digo que había muchos niños. Es muy
curioso, un par de machos sigue a la hembra, que los orienta por el olor, ésta
si no son de su gusto o uno de ellos no lo es, se desvía del camino que llevan
sus seguidores o sale volando. Cuando le gusta uno, entonces lo elige ella. Los patos son polígamos pero si eligen una pareja, esa les dura todo el año. La
verdad es que lo de esta mañana en el canal Imperial en Casablanca, ha sido
toda una lección práctica de Ciencias Naturales.
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