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Universo Moncaíno |
El macizo del Moncayo representa un
gigantesco mojón geodésico que sirve para orientar tanto a los que circulan a
nivel terrestre como por el aire, no obstante es una de las rutas preferidas
por los aviones en sus vuelos hacia Europa desde Madrid, un hito que señala el
curso medio del Ebro, dejando atrás el superior y marcando su entrada en la
depresión que conforma el valle. Su somontano aragonés configura una isla
interior no solo por su configuración geográfica, sino también por su historia,
su cultura y su etnografía, entre otros muchos aspectos que merecen la pena ser
reseñados. La vertiente soriana es menos conocida y está dividida en dos zonas;
las tierras de Ágreda, a medio camino entre la Rioja y Aragón con Castilla y la
cuenca endorreica de Beratón, más suave que la cara norte y que enlaza con el
valle aragonés del Isuela o cara oculta del Moncayo.
Este microcosmos viene señalado en
los mapas por un pico que sobresale de la provincia de Zaragoza que se enclava
entre las vecinas de Navarra por el norte, Rioja en el oeste y Soria por el
sur. Ya en Aragón, este enclave está delimitado al oeste por los llamados
“llanos de Plasencia” y la cordillera Ibérica. Geo-políticamente se trata de un
extenso cuadrilátero irregular cuyos vértices se encuentran en las ciudades de
Tarazona y Borja, el monte de la Tonda y la cima del Moncayo a 2.314 metros de
altitud sobre el nivel del mar. Todo un microclima no solo geológico, sino
también cultural al que tan solo le falta mar. Posee una extensión de tan
apenas 1.142 km2 (una superficie que dobla la del Principado de Andorra) con
una población que no alcanza los 30.000 habitantes (mucho menos de la mitad que
el país pirenaico).
Esta hipotética isla interior tiene
dos puertos de entrada importantes; uno de ellos es Tarazona y el otro Borja.
Dos ciudades con historia y ambas capitales a su vez de otras tantas comarcas
vertebradas en torno a dos cauces fluviales; los ríos Queiles y “la Huecha”
ambos cursos nacen a los pies del Moncayo para desaguar en el Ebro, del que son
afluentes por su margen derecha. El Queiles nace Vozmediano (Soria) y tras
recorrer Aragón y atravesar Tarazona, termina sus apenas 50 kilómetros de vida
en Tudela (Navarra). Desde hace unos años y gracias al pantano de Val en los
Fayos, éste es el único gran estanque de la zona, aunque artificial.
Viniendo de Zaragoza, se entra en
el valle de la Huecha por Magallón. Hasta Borja todavía predominan las grandes
extensiones de cereal y paisaje estepario tradicional en el Valle del Ebro.
Pasando Borja, el paisaje cambia radicalmente. La Huecha se encajona entre la
muela borjana que se levanta entre ambas capitales y el sistema Ibérico, con el
Moncayo al fondo y de frente, mientras las peñas de Herrera quedan a mano
izquierda. La carretera va serpenteando pequeños pueblos entre frutales,
olivares, campos de vid y huertas cultivadas en el fondo del valle. En las
laderas se adivinan pequeños núcleos de población, rodeados por una imagen
característica de la zona, los aterrazamientos que se roturaron en las laderas
del valle hace años y que hoy día permanecen en su mayoría abandonados o
sustituidos su cultivo por el de árboles frutales y que dan una idea, de lo
difícil que llegó a ser la vida en esta tierra hasta mediados del siglo XX,
cuando llegó la mecanización del campo y la emigración. Una de las imágenes más
curiosas de estos pueblos son los pequeños tractorcillos que utilizan los
agricultores de la zona para cultivar sus minifundios. En la actualidad las
laderas del sistema Ibérico sirven como pasto para el ganado, cada vez menos
abundante también y para repoblación de algún pinar.
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Valle de la Huecha desde las peñas de Herrera |
En la localidad de Vera de Moncayo
la carretera se bifurca; a mano derecha el camino atraviesa el monte de la
Diezma para llevar directamente a Tarazona, la capital histórica del somontano
moncaíno. A mano izquierda atraviesa un puentecillo que nos dirige a la
localidad de Vera, donde de nuevo y desde dentro del pueblo parte el viejo
camino hacia Tarazona que, por el sur de la muela de la Diezma atraviesa una cuenca
endorreica en la que desembocan varios vallecillos procedentes de Moncayo y en
los que se encuentran las localidades de Trasmoz, Litago, Lituénigo y San
Martín, es la zona occidental del somontano del Moncayo aragonés. La vía llega
a Tarazona por Santa Cruz y Torrellas dejando de lado la localidad de Los
Fayos. También desde Vera se puede seguir la carretera recta hacia el histórico
monasterio de Veruela y enlazar con el curso superior de la Huecha. Tras dejar
a mano derecha el yacimiento celtibérico de la Oruña y el monasterio de Veruela
a la izquierda, iremos ascendiendo por una recta junto a la Aparecida y el
viejo molino de Traín, nos dirigimos hacia la localidad de Alcalá de Moncayo
que quedará a la izquierda. Mientras que el camino nos llevará el final del
trayecto, Añón de Moncayo.
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Borja y detrás, su Santuario |