Parroquia de San Pío X (Zaragoza)
Siempre que he pasado por allí, me llama la atención. En principio pensaba que era un chalet o como alguien me dijo en cierta ocasión, la casa de Mazinger Z; unos dibujos animados de mediados de los 70s del siglo XX, precursores del Manga japonés. Poco después me di cuenta de que era una iglesia, la parroquia de San Pío X o lo que es lo mismo san Giuseppe Sarto, que ese era su nombre en el siglo y que se convirtió en el 257 Papa de la Iglesia católica, desde el 4 de agosto de 1903 hasta su muerte en 1914. Curiosamente y según dice la Wikipedia, es recordado por su fuerte oposición al modernismo imperante en su época ¿No sé, qué pensaría el pontífice al ver la iglesia que le han dedicado en Zaragoza? De orígenes muy humildes, nació en la localidad italiana de Riese, fue el segundo de los diez hijos que tuvo el matrimonio integrado por Giovanni Battista Sarto, que era cartero de profesión y Margarita Sansoni, costurera de oficio. Pio X falleció en el Palacio Apostólico de Roma el 20 de agosto de 1914 a los 79 años de edad, a causa de un infarto agudo de miocardio, seguramente impactado por los acontecimientos de la por entonces incipiente Gran Guerra Europea que él quiso detener en vano y es que seguramente, al imperio Austro-Húngaro no le gustó nada que suprimiera los vetos de los estados católicos en el Cónclave y gracial a lo cual, él mismo salió elegido Papa, quizás por eso mismo. Entre otras cosas pidió a los católicos italianos que desconfiaran de la Democracia Cristiana. Cosas de la vida, fue beatificado el 3 de junio de 1951 y canonizado el 3 de septiembre de 1954, en ambas oportunidades por el papa Pío XII, impulsor de este partido político que marcó una época importante durante la posguerra mundial y que acabó como acabó. También tuvo que hacer frente a las campañas de laicismo promovidas por los gobiernos: francés, portugués y algo el español.
Además de en Zaragoza, San Pío X posee iglesias en Madrid y una basílica en Lourdes, seguramente porque durante el período “desamortizador” francés entre 1905 a 1910, el Papa consiguió que el dominio del Santuario pirenaico, permaneciera en poder de la ciudad de Lourdes y no del Gobierno parisino. El complejo parroquial zaragozano, ubicado en el barrio de la Jota, fue proyectado por Antonio Tello en 1973 y nace dentro de la filosofía constructiva por crear templos que fueran generadores de actividad en su entorno, muy en sintonía con lo que propugnaba el Concilio Vaticano II y ya lo creo que ha generado actividad en su entorno. Estoy de acuerdo con que en los barrios existan este tipo de construcciones significativas que rompan con la monotonía del cemento y el ladrillo, que sirvan a la vez como referentes de la zona y que constituyan elementos singulares ubicados también en puntos determinados como plazas, parques, espacios verdes al rededor, avenidas centrales, etc. Formalmente se trata de un edificio con una radicalidad muy llamativa, integrada por planos aristados, formas geométricas y volúmenes muy expresivos que hacen de este Templo católico, uno de los más característicos de la ciudad de Zaragoza. Su párroco dice, no sin cierto orgullo, que su iglesia es la más fea de la ciudad e incluso de España y ante las risas de los fieles, les invita a consultar google, personalmente no me parece tan fea. Es impactante por su arquitectura contemporánea, que destaca por su acertada implantación en el entorno, su cuidada volumetría, su composición, su funcionalidad y por no ajustarse a convencionalismos. Sobre todo y a pesar de su pequeño tamaño, ya me gustaría ver algunas catedrales, con tanta afluencia de parroquianos a sus misas, como en la que yo me colé y en la que el mossen repartió octavillas animando a dar ideas para cambiar de color la fachada del templo, que ya ha tenido diversos tonos que van desde el verde al negro, personalmente creo que el actual color teja no está mal pero, un grupo de artistas llamada “movimiento Asalto” quiere hacer algo en esa fachada con motivo de un festival que organizan.
Sea como fuere, la parroquia de San
Pío X tiene su aquel y su interior aun me gustó más que el exterior, suerte con
esta nueva iniciativa de la que El Retabillo se quiere hacer eco.
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