Torre del Bayle de Aragón



Esta casa de campo se encuentra enclavada en la huerta villanovense. Por su estructura cuadrangular recuerda una villae romana con su patio cerrado por los edificios que lo rodean, aguas adentro. Anexo a la casa principal están las dependencias auxiliares, almacenes y cuadras. Las tierras de labor que la rodean, también recuerdan a una cuadrícula o centuriación romana. No sería de extrañar que éste, fuera el origen de su construcción. En la actualidad es la única que permanece habitada de manera regular es decir, con presencia permanente de su administrador o torrero que cuida de la finca, constituye por tanto un resto etnográfico de primer orden del hábitat en la huerta zaragozana durante siglos.

 


Recibe el nombre de Bayle que era en el antiguo Reino de Aragón, el Oficial Real encargado de la administración del patrimonio regio. Según fuero aprobado en Cortes celebradas hacia 1300, tenía que ser aragonés y no podía ser judío. Entre sus atribuciones figuraba la recaudación de las rentas reales procedentes de los derechos de peaje, salinas, explotación de minas, ocupación de bienes, arrendamiento de cualquier derecho real como patrimonios sin herederos y en su defecto, ejercer su administración. Poseía jurisdicción civil y criminal en el empleo de su cargo. Para encontrar a los primeros oficiales con este rango hay que remontarse a Jaime I el Conquistador. Una diferencia entre las baylías generales de la Corona aragonesa era que, mientras en Valencia y Cataluña el Bayle General dependía exclusivamente del rey, dentro de la jerarquía institucional aragonesa se encontraba justo debajo del Gobernador del reino y del Justicia. También los antiguos monarcas aragoneses gobernaban “por baylia de Dios” o por “delegación” del Altísimo. A pesar de que el sistema de recaudación fue reformado en tiempos de Felipe II, con la creación del Receptor de las rentas reales el cargo sobrevivió hasta la abolición de las instituciones forales con los Decretos de Nueva Planta en 1714.

 


Durante la existencia del cargo se produjo cierta patrimonialización entre las casas de Bolea y Fuentes. Entre 1483 y 1490 fue Bayle general Manuel de Sesé, quien era camarero mayor y camarlengo del rey Fernando el Católico. Caballero del hábito de Santiago, estuvo casado con Clara de Agramonte que a su vez, fue camarera mayor de la reina Isabel la Católica (es curioso que cerca discurre la acequia de la Camarera que se refuerza gracias al azud de Urdan, que nace en los mismos terrenos que la torre del Bayle). Existe un dato que avalaría esta vinculación con la casa real aragonesa y es que en 1513 Don Alonso de Aragón, Arzobispo de Zaragoza, hijo de Fernando II el Católico y Virrey de Aragón (aunque no tenía el título de Bayle General) nombra procurador a su criado Juan de Aguerri y le ordena tomar posesión de las heredades «que el rey le ha dado» y que están situadas en el término de Mezalar». Precisamente la torre del Bayle se levanta en esta partida del término municipal. Entre 1593 y 1605 ocupó el cargo Alonso Celdrán de Alcarraz, quien estuvo casado con Juana de Gurrea, con quien tuvo a Jerónimo e Isabel. Jerónimo le sustituyó en el cargo y contrajo matrimonio con Elena de Bolea y Fernández de Heredia, hija de Martín de Bolea, señor de la baronía de Siétamo y de Ana Fernández de Heredia. Quizás por esta línea le llegó la torre al conde de Aranda en el siglo XVIII. Aunque en el cargo fue sustituido por Francisco Luis de Gurrea y Castro que era hijo de Francisco de Gurrea, señor de Gurrea de Gállego y gobernador del Reino de Aragón, así como de Leonor de Castro Pinós, hija del vizconde de Ébol. Precisamente en algunos documentos que se conservan de los siglos XVII Y XVIII se la cita como “Torre del Gobernador” o “cabaña del Gobernador”. Siendo a partir del siglo XVIII cuando ya se popularizó su actual denominación.

 


En el Amillaramiento de 1850 se dice que tiene una extensión superior a las cien hectáreas, en su mayoría poblada de sotobosque y una mínima porción de tierra cultivada (4 has.) Lo que nos hace pensar que se trataba de una finca de recreo, muy cerca por cierto de la cartuja de Aula Dei. En mi opinión se trataría más de una residencia campestre de la institución en sí, más que de una determinada persona que ocupó el cargo en un momento dado quizás, cuando ésta desapareció tras los decretos de Nueva Planta, pasó a pertenecer al Condado de Aranda. En el primer tercio del siglo XX la finca perteneció a Don José Baqué, comerciante zaragozano de aceites. Poseía entonces 91 hectáreas de cultivo, todas ellas de regadío. En ella trabajaban muchos vecinos de San Juan de Mozarrifar, esto hizo que durante la II República, el Ayuntamiento villanovense exigiera la aplicación de la Ley de Reforma Agraria en esta propiedad con el fin de que fuera administrada por los excedentes agrícolas de Villanueva, en total sesenta y seis vecinos del pueblo que en aplicación de la Reforma “llevarían” un tercio de las tierras. Por entonces el torrero de la hacienda era un primo hermano de mi bisabuela. En la actualidad es propiedad de los herederos de la familia Lozano Blesa.

 


Hace años, publiqué entre otras cosas que en el Cumplimiento Pascual celebrado en 1804 se dice que era posesión del Conde de Robres y una de las casas que más diezmos aportaban a la Parroquia en Villanueva de Gállego y hacía mención a que “El primer titular del condado se llamaba Bernardo de Pons y Turell y ocupó el cargo de Regente de la Chancillería en el Supremo Consejo de Aragón”. Pero esta institución, parece que no corresponde a las atribuciones del Bayle aragonés aunque podía actúa como juez de primera instancia en la que no podían interceder ni la corte del Justicia de Aragón ni la Real Audiencia. Siendo también juez de apelación en los peajes; bien fueran de realengo o de señorío.

 

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