Francisco Pradilla baja a estudiar a Zaragoza

Antigua Facultad Literaria de Zaragoza y sede del Instituto de la ciudad

En el excelente catálogo, editado por el ayuntamiento de Madrid con motivo de la exposición que se realizó en su Museo municipal a finales del año 2022 y coordinado por su bisnieta; Sonia Pradilla Sánchez y Soledad Cánovas del Castillo; que lleva por título “Pradilla, más que un pintor de historia” y en el que se agradece mi colaboración. Aparece una autobiografía del maestro en una carta dirigida a la Real Academia de las Artes en Berlín con motivo de su nombramiento como académico en esta Institución alemana. Viene a decir don Francisco “el 24 de julio de 1848 nací en Villanueva de Gállego, aldea de la provincia de Zaragoza en España, destinado al parecer a la profesión de campesino, pues campesino era mi padre si bien, poco después supo hacerse albañil del pueblo; para que yo llegase a ser algo más me condujo a la edad de 4 años a la vecina Zaragoza, en cuya ciudad, con el favor de una tía menos necesitada, llegue a estudiar hasta el latín. Dicen que a los 5 años de edad dibujaba ya combates de la guerra de Crimea, cuyos terribles ecos llegaron hasta a mí, revelándose así mi ardiente pasión por las Artes que nadie se interesó en mi país natal de hacer prosperar”. 

Este párrafo es muy revelador y nos ofrece muchos datos sobre su vida; efectivamente su familia era muy humilde, teniendo que vivir de alquiler durante muchos años, su infancia la pasa en diferentes casas pero con el tiempo el cabeza de familia conseguirá tener cierta posición en el pueblo como albañil. La edad de 4 años para bajar a Zaragoza me parece un poco “extrema” sabiendo que en el Padrón de 1857 figura viviendo con sus padres en Villanueva (por entonces contaba 8 años). Lo que sí parece más ajustado, es el hecho de que ya pintaba y dibujaba con 5 años (la guerra de Crimea fue entre 1853 y 1856, es decir que comenzó cuando él contaba esa edad) y además me consta que siendo muy jovencito ya solía hacer dibujos y graffitis. Cita a una tía suya que vivía en Zaragoza, con la que estuvo de huésped (existe la leyenda de que se escapó se casa para estudiar y que se refugió en casa de una tía suya). Seguramente la realidad es menos prosaica. Me pasé unas Navidades buscando en el Padrón de Zaragoza correspondiente al año 1857, quien podría ser este pariente y encontré a una señora llamada Nicolasa Ortíz Gracia de 80 años, viuda, que había sido Lavandera y que vivía en la calle Viejos de Zaragoza, muy cerca de la sede del entonces Instituto de Zaragoza, en el barrio de la Magdalena (la antigua sede de la Universidad Literaria). Me llama la atención que a Pradilla le gusta mucho pintar a mujeres lavando bien en el río o en un lavadero público, es como si llevara interiorizada esta profesión y que la hubiera vivido muy de cerca. Hay un último dato que me parece bastante representativo y es cuando dice que “llegó a estudiar hasta Latín”. 

El primer plan de estudios reglado en España se aprobó el 9 de septiembre de 1857, es la famosa Ley de Instrucción Pública del ministro Claudio Moyano. Según esta norma, la enseñanza en España se divide en elemental y superior. En su artículo 7º dice respecto de la primera enseñanza elemental que es obligatoria para todos los españoles. Los padres o tutores o encargados enviarán a las escuelas públicas a sus hijos y pupilos desde la edad de seis años hasta la de nueve; a no ser que les proporcionen suficientemente esta clase de instrucción en sus casas o en establecimiento particular. En el artículo 9º establece que se dará gratuitamente en las escuelas públicas a los niños cuyos padres, tutores o encargados no puedan pagarla, mediante certificación expedida al efecto por el respectivo Cura párroco y visada por el Alcalde del pueblo. Estos estudios de primera enseñanza “no están sujetos a determinado número de cursos: las lecciones durarán todo el año, disminuyéndose en la canícula el número de horas de clase” y el Gobierno, procurará que los respectivos curas párrocos tengan repasos de Doctrina y Moral cristiana para los niños de las Escuelas elementales, lo menos una vez cada semana.  Según el Concordato firmado en 1851. 

El Título II se refiere a la “segunda enseñanza” que la divide en “Estudios generales” y de aplicación a las profesiones industriales. En el artículo 13 se refiere a los estudios generales de segunda enseñanza que se harán en dos períodos: el primero durará dos años, y el segundo cuatro. En el primer periodo de la segunda enseñanza son:

Doctrina cristiana a Historia sagrada.

Gramática castellana y latina.

Elementos de Geografía.

Ejercicios de Lectura, Escritura, Aritmética y Dibujo. 

El artículo 17 dice a este respecto que, “para principiar los estudios generales de la segunda enseñanza, se necesita haber cumplido nueve años de edad y ser aprobado en un examen general de las materias que abraza la primera enseñanza elemental completa (lo que se llamaba popularmente “la reválida de 4º”). Para pasar a los estudios de aplicación correspondientes a la segunda enseñanza se requiere haber cumplido diez años y ser aprobado en un examen general (reválida de 6º.) de las materias que comprende la primera enseñanza superior. 

A la vista de la aplicación de la Ley es muy posible que Francisco Pradilla bajara a estudiar a Zaragoza en septiembre de ese mismo año, con 9 años recién cumplidos y que al menos cursó estudios en el Instituto de Zaragoza en los cursos 1857-58 y 58-59. Lamentablemente no he podido localizar su expediente académico, no obstante no existe ninguna razón aparente que justificara su presencia en la capital aragonesa antes de esa fecha. También reseñar que por lo que respecta al párroco villanovense (Santiago Gaspar) éste conocía bien al muchacho pues no solo le había bautizado sino que además, era hermano del maestro que se llamaba Ignacio Gaspar. Es una opinión personal pero tengo la impresión que ambos, al ver la capacidad del alumno, convencieron a sus padres sobre la necesidad de enviarlo a Zaragoza, aprovechando la implantación de esta ley que entró en vigor en septiembre de ese mismo año. 

Otro dato curioso que nos ofrece el Padrón de 1857 es el origen del “Boticario” de Villanueva; de nombre Félix Martín, estaba casado con María Villacampa y tenían cinco hijos, los dos pequeños (Rosa y Modesto) habían nacido en Tardienta, es decir que don Félix había sido farmacéutico en esta localidad y que seguramente había conocido a la familia de la madre de Pradilla además, Modesto que cuenta con 14 años durante el censo, figura como “carpintero” una dedicación un poco extraña para el hijo de un boticario. Consultado sobre esta posibilidad me han comentado que podía tratarse de un alumno de la escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y que además, por esa época la industria de la madera era muy importante en la capital de Ebro.

Calle de los Viejos, donde posiblemente vivió Francisco Pradilla en Zaragoza
por cierto, muy cerca de donde lo hizo cien años antes otro Francisco (Goya)

Barrio de la Magdalena (Zaragoza) donde se encuentra la Calle Viejos
y muy cerca el Instituto de Zaragoza
(visor sigpac Aragón)


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