Peña del cuervo

Hoy la prensa nos informa de la muerte de un joven con 30 años, se ha ahogado en la Peña del Cuervo. Parece ser que en los últimos años, el número de víctimas en este paraje situado al norte de la Cartuja de Aula Dei y junto al río Gállego, va en aumento.


Cuando yo era un chaval, todos los veranos ocurría un suceso de estas características; con más o menos consecuencias fatales en este lugar. La peña se puso de moda entre otras cosas porque, según cuenta la leyenda. Algún americano de la Base, a quien le gustaba hacer el “Salto del Ángel” que se había puesto de moda gracias al cine y a Acapulco, donde existe una cala de parecidas características. Alguien le dijo que cerca de Zaragoza existía un lugar muy similar al que había en México. El caso es que este buen señor no se le ocurrió mejor idea que preguntar y alguien, le indicó el lugar. Desde entonces fue habitual ver lanzarse desde el acantilado de más de 10 metros, sobre el cauce del Gállego. El lugar tiene su peligro porque es una zona con corrientes muy fuertes que revocan bajo el farallón, forman remolinos y pueden causar desorientación a los bañistas o ser arrastrados por la corriente en dirección equivocada. Es una especie de pozo de San Lázaro pero en el rio Gállego.

 

En los años 60 y 70 del siglo pasado, la Peña del Cuervo era un lugar de reunión veraniega para muchos zaragozanos. A pesar de los peligros, hay zonas donde la corriente es mínima y donde no solo es fácil el baño, sino incluso puede pasar un coche o andando, al fin y al cabo este lugar era un vado por donde pasa una cabañera real. Los años finales del siglo XX el paraje calló en el olvido, salvo un intento de hacer allí una playa nudista. Ha sido en los últimos años cuando la Peña del Cuervo ha recobrado la actividad pasada, incluso se montó un chiringuito playero, llegando en algunos momentos a superar los 200 bañistas que se concentran en el paraje, en su mayoría procedentes de sur América donde “El salto del Ángel” es muy popular. Hace unos años capté una foto en la que unos chavales lo hacían tirándose desde arriba de la peña.

 

Personalmente, este lugar sugiere leyendas, aventuras, la evocación de un paisaje lejano, apartado del que se dice incluso que se escondía el bandido Cucaracha. Sería interesante que la zona de baño se controlase e incluso se protegiese de alguna manera, independientemente de ser un lugar popular para pasar las tardes calurosas veraniegas, es también un entorno bonito que debería ser cuidado y potenciado, seguramente de esa manea se evitarían males mayores



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