Disparos en la Torre Vieja de Villanueva de Gállego
Hace cosa de un par de meses,
publiqué por aquí una fotografía de la plaza de Villanueva de Gállego tomada
por Sabino Mureta Goyena durante la Guerra Civil española. En la foto aparece
la llamada en el pueblo “Torre Vieja” y que es un edificio de mediados del
siglo XVI que servía de campanario de la iglesia parroquial hasta que se inauguró
la nueva torre en 1962, además también servía para avisar de las horas gracias
a un vetusto reloj.
Impactos en la torre, según la fotografía de Sabino Murueta Impactos en la torre, señalados en rojo, según fotografía de Cristóbal Guitart (años 70)
Cuando colgué la foto, me llamo la
atención una serie de orificios que había en la fachada que daba a la plaza y
que parecían hechos con disparos de proyectil o de bala, como no estaba seguro
no dije nada en su momento pero, alguien me comentó que parecían impactos de
bala o efectos de un bombardeo. Que yo sepa durante la II República nadie se
dedicó a disparar contra la mencionada torre, tampoco sabemos cómo estaba antes
de 1930 aunque a decir verdad, algunos
de los orificios que aparecen en las fotos antiguas, son lo bastante grandes
como para pertenecer a un disparo de pistola o de rifle, casi parecen más
disparos de cañón o de trabucazos. He señalado en recuadros en rojo cuatro
grandes agujeros justo debajo del reloj de la torre, en el paño de la fachada
que da a la plaza, esto en la fotografía de Mureta Goyena pero en una
fotografía posterior, realizada por Cristóbal Guitar seguramente en los años
setenta, además de los cuatro iniciales impactos en la fachada, se nota la zona
inferior del reloj bastante dañada y otros dos boquetes en el lateral que da a
la casa que se encontraba adosada al edificio; uno en el paño inferior, cerca
del tejado vecino y otro en uno de los arcos que rodean la torre, también
señalados en recuadro rojo.
Postal de Mariano Olvier (hacia 1908)
Cuadro de Álvarez Dumont (1885) sobre la defensa del campanario |
La única explicación que me parece
más factible es que esos disparos se produjeran durante la Guerra de
Independencia. Este episodio histórico en Villanueva fue especialmente trágico,
pudiéndose asegurar que se produjo un auténtico genocidio en la localidad. Al
menos eso se desprende de las investigaciones que llevé a cabo en su día en la
parroquia y, si hacemos caso a la historia oral transmitida por los mayores a
través de generaciones, es posible que esos disparos correspondan a la entrada
de las tropas napoleónicas en la localidad y la respuesta de los lugareños que
encontraron en la torre un refugio, lugareños o tropas que fueron sorprendidas
por los franceses. A este respecto vienen a mi memoria dos cuadros que pueden
representar muy bien lo ocurrido en esa torre campanario. Uno es una postal del
zufariense Mariano Oliver que se titula “Defensa de la torre del convento de
San Agustín” y que debe estar realizada a principios del siglo XX y la otra es
un cuadro sobre el mismo tema pintado por Álvarez Dumónt hacia 1885 y que se
conserva en el Museo del Prado, en ellos se ven a varios aragoneses defendiendo
un campanario que bien podría ser el de Villanueva o de tantos otros pueblos y
la escena puede ser muy similar a lo que pudo ocurrir durante ese bombardeo. Se
sabe que la iglesia actual fue utilizada por las tropas francesas ocupantes
como establo y que sufrió un incendio. Sea como fuere, esos testimonios
históricos han desaparecido tras la reforma que sufrió el edificio en los años
noventa, quizás nadie reparó en el porqué de esos agujeros que había en la
pared, en definitiva como ha ocurrido en otros muchos lugares, al menos en
Villanueva han respetado un poco la estructura del edificio, tan solo es una
pena que haya que recurrir a la fotografía para hacer arqueología sobre la
historia de dicha Torre Mudéjar.
La Torre Vieja o Mudéjar a mediados de los años ochenta (siglo XX) poco antes de su restauración
Otra posible razón se la oí contar a
mi abuelo en alguna ocasión y es bastante curiosa, no se si la he contado
alguna vez, pero la voy a repetir; resulta que en las noches de Luna Llena,
durante el verano y mientras por la noche los agricultores del pueblo se
dedicaban a hacer sus faenas en el campo y en horas que no molestaba el calor,
en cierta ocasión apareció entre los vanos de la torre una figura espectral que
se proyectaba, gracias a la luz de la luna, sobre la huerta, dando algún susto
algún labriego que se encontraba por los alrededores, pasó la Luna llena y en
la siguiente volvió a repetirse la macabra ceremonia sobre el campanario. El
sacristán del pueblo, harto de aquellas escenas se acercó hasta la plaza con su
escopeta y cuando el fantasma estaba en plena actuación, el hombre disparó
contra el campanario. El espectro desapareció y ya nunca más se supo de él. En
los días siguientes, las beatas del pueblo se extrañaban de que no tocaran a
misa, llegó el domingo y el cura no aparecía, pasaron unos días y luego un mes,
al final de un período de tiempo el cura retornó a sus misas pero los
feligreses se mostraron algo asombrados, pues el mossen mostraba una ligera cojera que ya nunca más desapareció en
el sacerdote. De ser así, el sacristán se habría ensañado de manera especial
con la torre y con el fantasma.
La torre en la actualidad, tras la restauración pero,
sin haber eliminado los problemas de humedad en su base
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