Calles y calabazas de Todos los Santos en Vera de Moncayo
El domingo, volviendo de Añón me paré en Vera atraído una vez más por su curioso callejero y dispuesto a inmortalizarlo con mi cámara. El casco urbano posee nombres de lo más curiosos como “Perro Viejo” “El Pito” “Río Pelende” calle “Esparras” “Poncio” “del Moral” “Letra A” “Trasvilla” “Bola” etc. El caso es que recorriendo su callejero, que me recordó mucho a los trazados por los romanos con su cardo y su decumano (actuales calles Mayor, Poniente y Sol) me volví a encontrar con nuevas calabazas de Ánimas.
Me niego a decir Hallowen Even entre otras cosas porque la palabra significa “Víspera de Todos los Santos” y además, esta es una tradición distinta a la invasión cinematográfica norteamericana. En esta ocasión y en torno a la calle del Arco había unas muy bien elaboradas. Hay que reconocer que, añadiendo una puya a la fraternal relación de enemistad entre ambos pueblos que; mientras en Añón son más auténticas y arraigadas a la costumbre según me dicen; antiguamente ya existía la tradición de vaciarlas por dentro y dibujarles boca, ojos y nariz para colocarlas en las puertas de las casas o en la iglesia. Algunas de Vera están ya mediatizadas por la fiesta de que nos han traído del otro lado del Atlántico es decir; la calabaza aparece rodeada por telarañas, brujas, que por cierto no tiene que ver en nada con la celebración, ya que el día de las brujas es la noche del 30 de abril al 1 de mayo en lo que se conoce como el festival de Walpurgis en toda Centroeuropa y, mientras la brujas son un símbolo más veraniego, las calabazas los es más invernal y otoñal. Los fantasmas que me recuerdan un poco a los disfraces de Carnaval en la zona del Moncayo, lo mismo que todos los aditamentos de estos portales de Belén pseudoamericanos.
Para terminar solo decir que en la
noche de Todos los Santos, lo que se en realidad se celebra es el año viejo
celta, con el recuerdo a los antepasados que nos dejaron y el dibujo de esas calabazas
es lo que representan, a los que nos que se fueron en este año. En Añón lo
hacían colocándolas en las puertas de las casas donde había muerto alguien ese
año precisamente, lo que ocurre es que la gente no entendía esa tradición de
siglos y el día de las ánimas es lo mismo que las misas de difuntos que se
hacen en muchos pueblos todavía con motivo de las Fiestas patronales es decir,
recordar a los que ya no están, los que nos dejaron, hacerles partícipes de la
fiesta y del nuevo año o ciclo económico y social, para rogarles que nos sigan
protegiendo en el más allá. Algo tan antiguo como el mundo civilizado. Otra
cosa es que nosotros lo mezclemos todo para más gloria del consumismo y el
oportunismo.
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