Cementerio de Escó (Zaragoza)
Hace unos días estuve en Escó (Zaragoza) un pueblo que siempre me ha llamado la atención por sus ruinas y al que he visto cayéndose poco a poco a lo largo del último medio siglo. Hace años conocí a una señora que era de ese pueblo, una buena mujer que dedicó su vida a cuidar de los demás. Recuerdo que en una ocasión, también en Todos Santos y bajando con mis padres desde Roncal de regreso a Villanueva; nos pidió que la dejáramos en el pueblo para ir al camposanto a honrar a los suyos, todavía recuerdo aquel lugar todavía con casas en pie y ella caminando hacia la nada, me parece que ella misma está enterrada en ese lugar, creo que se llamaba Estefanía, o “Fani” y era conocida como “la Fani de Escó”.
El otro día, cuando desde la corona
de este pueblo contemplaba el casco urbano casi derruido a mis pies, se tropezó
ante mi vista el cementerio y por tanto su recuerdo, pero sobre todo me llamó
la atención la forma de corazón de las tapias del camposanto y pensé, que este
lugar se había convertido en el corazón de este lugar abandonado y desolado por
las aguas del pantano de Yesa. Pero ¿Acaso no es otra cosa sino el corazón de
los pueblos, el cementerio? porque al fin y al cabo es lo último que queda de
ellos, lo último que late, su recuerdo.
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