50 Años del incendio en Tapicerías Bonafonte


Hoy el Heraldo de Aragón nos recuerda una de esas fechas que siempre nos preguntamos ¿Qué hacía el día que…? El incendio de las Tapicerías Bonafonte me pilló a mí, en clase. Mi colegio “Corazonistas” estaba entonces y está todavía en el Paseo de la Mina, pero entonces estaba justo frente a la Casa de Socorro, donde creo que ahora hay una comisaría de la policía local de Zaragoza. De repente comenzamos a escuchar sirenas de ambulancia, cada vez el ruido se hacía más estridente y mayor, en un momento dado el profesor (estábamos en clase de matemáticas y nos las daba un personaje erudito y humanista llamado don Fernando Jiménez Zaera) se preguntó ¿Pero, qué pasa? Se acercó a la ventana y exclamó “Dios mío”. Fue entonces cuando todos los alumnos, como si aquellas palabras hubieran sido un resorte nos lanzamos hacia los ventanales que daban al paseo. Allí vimos el horror: heridos, ambulancias, personas con quemaduras y mucha gente que entraba y salía de la Casa de Socorro y es que en este lugar se encontraba el punto de primeros auxilios; ya que nuestro colegio se encontraba a mitad de camino entre el barrio de las Fuentes, donde estaba el incendio y la Casa Grande, actual hospital Miguel Servet. Ese día en el patio durante el recreo, nadie jugó, todos estábamos pendientes de los sonidos de las sirenas y todos hacíamos corrillos, no se hablaba de otra cosa. Posteriormente nos fuimos enterando de la magnitud de la tragedia, muertos por asfixia, la nave se había convertido en una ratonera para los trabajadores y un caos brutal. Personalmente y desde entonces, cada vez que oigo a más de una sirena de ambulancia, me acuerdo de aquello. 

Este suceso ocurría en diciembre de 1973, poco antes del magnicidio de Carrero Blanco y quince años antes del atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza, fue un 11 de diciembre de 1988. También me acuerdo de aquello y hace un par de días, me tropecé con un señor que había sido guardia civil y que estaba alojado allí, en esa madrugada fatídica. Estaba casado, su esposa embarazada y el matrimonio tenía dos hijos, el pequeño de cinco años, apareció desorientado en una comisaría tras la explosión, se salvaron todos de milagro y eso que su vivienda estaba situada justo encima del lugar donde pusieron el coche bomba. También un 19 diciembre pero en el año 1971, un autobús con 52 emigrantes que procedían de Francia perdió el control y cayó desde el Puente de Piedra al río Ebro. Al igual que los sucesos anteriores, también fue en la madrugada y entre la primera y segunda arcada en la margen izquierda. El vehículo cayó sobre el famoso “Pozo de San Lázaro” una sima de alrededor de 15 metros de profundidad en el cauce del Ebro, cuya historia está plagada de sucesos trágicos que incluyen decenas de muertes. En esta ocasión fallecieron diez personas entre ellas, cinco niños de edades comprendidas entre los 9 meses y 13 años). En el subconsciente de muchos niños de la época, el pozo de San Lázaro era algo parecido al “Triángulo de las Bermudas” una especie de “agujero negro” que si caías en él, desaparecías. En el mes de enero, pero de 1990 también se produjo el incendio en la discoteca Flyn, fue un 14 de enero. También en esta ocasión, me pilló de alguna manera “en medio” con un amigo fuimos a la discoteca que había en el hotel Corona de Aragón “El Coto”. Aparcamos justo delante de la puerta del cuartel de Bomberos, en la calle Ramón y Cajal. Estuvimos un rato en la discoteca, justo el tiempo en que salieron los bomberos hacia el barrio de la Magdalena, que era donde estaba la desgraciada sala de fiestas, salimos, cogimos el coche como si nada y a la mañana siguiente al despertar, me enteré de lo sucedido. Afortunadamente desde entonces no ha vuelto a suceder ningún episodio parecido.

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