Grupo escolar Allué Salvador
Las hoy “Escuelas viejas” de
Villanueva de Gállego fueron en su día “nuevas”. Aprobadas por el Pleno del
Ayuntamiento en 11 de enero de 1926, el proyecto inicial consistía en un grupo
escolar con cuatro módulos unitarios diseñados por el arquitecto Regino Borobio,
siendo maestros de obras los hermanos Víctor, Enrique y Ricardo Morte, vecinos
e hijos de la localidad. Borobio pretendía realizar un sencillo y bonito
edificio «que llene por completo todas las necesidades pedagógicas e
higiénicas» de la localidad. En principio se pretendía ubicar las Escuelas en
los bajos de la Casa consistorial, pero se dieron cuenta de que en el centro de
las aulas se encontraba el calabozo y los juzgados, por lo que se desechó. La
terminación definitiva de las obras fue el 4 de febrero de 1927. Según consta
en el Libro de Actas de la Corporación en el que se hace constar el
agradecimiento del pueblo a Miguel Allué Salvador, por entonces Alcalde de la
ciudad de Zaragoza, Presidente de la Diputación provincial y vinculado con
Villanueva, además de ser mentor del hijo predilecto de la localidad Tomás
Alvira. Sobre las dos puertas que dan acceso a las escuelas de niños y niñas
hay colocados sendos azulejos a modo de placa conmemorativa en el primero pone:
“Escuela construida por el Ayuntamiento con el concurso de la Caja de Previsión
Social de Aragón”. Y en el segundo «Grupo Escolar Allué Salvador». En comparación
con los grupos escolares de Zuera (Odón de Buén) y San Mateo de Gállego (Galo
Ponte) el diseño villanovense es el más sencillo y responde, al igual que los
otros dos, a las medidas higienistas y regeneracionistas que se llevaron en la
época.
Los edificios fueron
inaugurados el domingo 27 de marzo de 1927 a las cuatro de la tarde. En una de
las aulas se dispuso un Altar con la imagen de la Virgen rodeada de plantas y
flores, aquí se realizó la bendición de las Escuelas. Mientras que el “Acto
civil” se desarrolló en un escenario levantado entre ambas puertas que daban al
patio. Presidió la ceremonia Miguel Allué Salvador, quien entregó a dos niños,
sendas banderas, una de ellas de España, como regalo. Tras la intervención del entonces
Alcalde de Villanueva, Don Gergorio Solas, intervino el maestro nacional Francisco
López Lloro quien dijo que «Villanueva contaba con una matrícula, entonces, de
más de 100 niños y 100 niñas y que las nuevas escuelas venían a resolver el
problema de la enseñanza y representaban el esfuerzo económico de un pueblo tan
trabajador». Por su parte la maestra de niñas Pilar Monzón fue más explícita y
calificó a las antiguas escuelas de «Zahurdas». Éstas estaban situadas en la
actual calle de Ramón y Cajal, entonces del Horno, en su cruce con la calle
Hermanos Buisán, junto a la actual panadería y antiguo horno de Villanueva. Cerró
el acto el Alcalde de Zaragoza quien agradeció el detalle de poner su nombre a
las Escuelas, recordando que él también era maestro, además hizo entrega, como
regalo personal, de un “Gabinete de Física y Química con su correspondiente
material científico”.
Los niños de las escuelas
entonaron un himno acompañados por la Banda de música y los alumnos Quiteria
Viu y Luis Ferrando recitaron unos versos, para finalizar el acto la rondalla
de Villanueva acompañó a los cantadores Amalia Zapata y Mariano Cebollero que entronaron
una jota alusiva al acontecimiento y a la persona de Allué Salvador:
“En cierta ocasión prestaste
Tu apoyo a Villanueva,
Y hoy el pueblo agradecido
Te dedica sus escuelas”
Terminados los actos se invitó
a los asistentes a un Lunch preparado y servido por “casa Lac”
Las viejas Escuelas
continuaron operativas hasta mediados de los años noventa del siglo XX, en
total casi setenta años, a mediados del siglo fueron ampliadas con dos nuevas
aulas y el llamado “Hogar rural” lugar donde los niños se preparaban para la
llamada Reválida que seleccionaba los alumnos de irían al Instituto. Se
coloraron árboles en el patio y a finales de los años sesenta se añadió un
edificio con cuatro aulas. El patio de las Escuelas fue corral de “las
vaquillas” lugar de diversión y esparcimiento y ya había una cancha de
baloncesto a finales de los sesenta, todo un adelanto. Hoy día en sus viejas
paredes se alojan algunas asociaciones y actividades culturales.
Los hermanos Morte |
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