Mossen José
Mossen José a la puerta de la iglesia parroquial de Villanueva |
Don José Royo Ramo había nacido en la
localidad turolense de Monroyo, ya era cura cuando estalló la Guerra civil, en
la que participó siendo capellán del Ejército, recuerdo de este período de su
vida era una cicatriz en la ceja ocasionada por la metralla y que ocultaba tras
unas gafas oscuras. Llego a Villanueva como párroco en 1952, como él decía, por
Concurso-Oposición y es que, sin ser un cura trabucaire, era un sacerdote “de
los de antes” una especie de Don Camilo a la española.
Durante casi treinta años vivió la
transformación de la Iglesia católica en general y la de la sociedad Villanovense
en particular y a estos retos se supo adaptar a su manera. Llegó en plena
manifestación del nacionalcatolicismo, impulsó la ampliación de la iglesia
parroquial y la construcción de la torre campanario, completando ambos proyectos
en diez años (1955 ampliación del crucero y Altar mayor y 1962 torre
campanario). Sin duda influyó en todo esto su capacidad como buen gestor y el
incondicional apoyo que tuvo siempre en el Arzobispado. Recuerdo que llegó a
tener una veintena de monaguillos a los que nos enseñaba en una especie de “Escuela
de la vida” los había especializados, aprendices, más o menos convencidos, etc.,
pero a cada uno asignaba todos los domingos, tras la última misa, la cantidad
correspondiente según el trabajo desarrollado durante la semana, sin exceder
las tres o cuatro pesetas de la época. Es curioso pero nos daba el dinero justo
para que fuéramos al cine y es que él, hacía las veces de censor de las
películas que se proyectaban. Mirando los archivos parroquiales encontré un
montón de ejemplares donde se analizaban films de los años sesenta, tengo que
reconocer que estas “guías de la censura” son bastante curiosas y distan mucho
del sectarismo mojigato que tradicionalmente se atribuye a este tipo de publicaciones.
Cartel correspondiente al Club Juvenil (Revista Esfuerzo común, marzo 1980) |
En la Parroquia estuvo la primera
televisión de Villanueva, allí los chicos iban a entretenerse. Después construyó
el Salón parroquial, donde se hacían muchas actividades, entre ellas una
tómbola benéfica por las Fiestas. A él se debe el apoyo para la fundación del
Club Juvenil San José, del cual era consiliario y responsable, en un momento
donde era delicado constituir este tipo de asociaciones Mossen José se arriesgó.
Al menos explícitamente no intervino en la vida cotidiana de la asociación, que
yo sepa, nunca se significó políticamente de una manera abierta. En cierta
ocasión lo encontré en la plaza mirando la pared de la nave de la iglesia,
cuando me vio me llamó y me preguntó que significaba unas siglas que había
pintadas en un cartel de propaganda de la “ORT”, le dije que Organización
Revolucionaria de Trabajadores (una formación política que existió durante la
Transición y que en Villanueva llegó a tener bastante fuerza) Mossen José se
encogió de hombros y tan solo comentó “no han encontrado otro sitio, pues habrá
que quitarlo, porque ese no es el lugar adecuado” y es que también tenía su
genio, con todo consiguió que se pusieran unos paneles en la plaza donde pegar
lo carteles durante las campañas electorales.
Mossen José en el centro, a su derecha don Juan José (maestro nacional) y a su izquierda Pablo Barón (pintor local) |
Don José tenía una importante
capacidad organizativa y de trabajo, daba clases de latín en el Hogar Rural y
le gustaba escribir bastante, además de fumar muchísimo. Una cosa que me
llamaba la atención de su forma de ser era que, cuando había celebraciones con
otros sacerdotes, siempre les dejaba a ellos el protagonismo, era lo que se
dice un buen anfitrión. En una entrevista que le hicieron con motivo del
homenaje que le tributaron en su jubilación decía que lo que más valoraba era
«haber vivido momentos importantes al lado de sus feligreses. Siempre he estado
presente en los momentos cumbre de la vida como el nacimiento, la Primera
comunión, la boda, el entierro, etc. Se dan casos de chicos que he bautizado,
luego he casado y ahora he bautizado a sus hijos». Se retiró porque no se
sentía muy bien de salud, podría haber continuado unos años ya que tenía la
plaza en propiedad y se quejaba. «Ahora ya no hay oposiciones, los nombran directamente,
ecónomos, regentes o coadjutores», los últimos años los pasó en Zaragoza
cuidado por la hija de un hermano suyo, llamada Nati. Poco después de fallecer
fue enterrado por suscripción popular en el cementerio de Villanueva, junto a
sus padres.
Comentarios
Publicar un comentario