La iglesia nueva y los Sitios de Zaragoza
A los pies de la torre mudéjar, los restos del templo medieval villanovense |
Alguno de los documentos que fueron quedamos durante los Sitios |
En el día 26 de
julio de mil ochocientos cuatro falleció en Villanueva D. Juan Antonio Monicón,
natural de la parroquia de San Pablo de Zaragoza, adulto de edad de setenta
años, soltero eh hijo de D. Francisco y D. Águeda Galindo, vecino de Villanueva
de Gállego recibió los santos sacramentos de Penitencia, Eucaristía Viático y Extremaunción
y en el día veintiocho de dicho mes y año fue sepultado «en la nueva iglesia
parroquial, precedida la bendición de sepultura», por tanto ya entonces se
encontraba en servicio.
Esta nueva
iglesia fue utilizada durante los Sitios como almacén para caballerías del
Ejército Francés, que tenía en Villanueva el depósito de víveres,
abastecimiento y hospital. Según relata Belmás:
Grupo de chicas delante de la Iglesia sin la torre y con el viejo campanario al fondo (Gentileza: Carmen Morte Oliván) |
La División
Gazan cruzó el Ebro frente a Tauste, dirigiéndose por Castejón hacia Zuera. “Marchando
por las laderas de muy difícil acceso debió formar varias columnas” (Los Sitios de Zaragoza por el Barón de
Lejeune). El 20 por la tarde las tropas francesas aparecieron a la vista de
Zaragoza. Mientras tanto el general Gazan puso su cuartel general en Villanueva
y, como no se creía lo bastante fuerte como para poner el cerco del arrabal,
dejó libre todo el terreno más allá del rio Gállego. Según los papeles de Fray
Teobaldo (que se conservan en el Archivo de la Colegiata San Isidoro de León;
E/ 23-52) con fecha 25 de diciembre de 1808 el Secretario de Villanueva envía
una confusa nota al Alcalde de Zuera en la que se quiere entender que, por su
pueblo han pasado 5.000 soldados, (habla de 5.000 franceses muertos, como no
sean las bajas de la batalla de Tudela) tal como le ha dicho el asistente del
2º General de los franceses y que la víspera habían llegado 200 húsares, que
habían tenido cerca de 2.000 caballos en el pueblo, pero apenas 300 hombres
entre infantería y caballería estacionados. Guirao, en su libro sobre Perena,
recoge que el día ocho de enero de 1809, el Alcalde de Almudévar recibe una
misiva del general francés exigiéndole «envíen todos los días el pan y las
subsistencias que se llevan por esa villa a la de Villanueva, donde se
encontraba su cuartel general». La manutención solicitada consiste en
seiscientas cabezas de ganado menor y si hubiere ganado vacuno, diez cabezas
menores por cada una mayor, además de cincuenta cahíces de trigo y otro tanto
de cebada, bajo la amenaza de enviar tropas si no se suministra lo pedido.
Oficios similares reciben los alcaldes de Perdiguera y de Gurrea entre otros
pueblos.
En todo este
contexto no es de extrañar que el párroco de Villanueva anote en el registro de
defunciones de jurisdicción con fecha 16 de marzo de 1809 «Faustino Sarto,
muerto a causa de “un accidente” y por tanto no recibió la Unción y tampoco el Viático por estar «destruida la Iglesia». Por
tanto la iglesia nueva fue incendia, fortuitamente o no, por las tropas francesas
durante el Segundo Sitio de Zaragoza. Por este motivo se bendijo un templo
provisional en una casa particular. La nave parroquial no pudo volver a estar a
disposición de los fieles hasta 1818.
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