La iglesia nueva y los Sitios de Zaragoza

A los pies de la torre mudéjar, los restos
 del templo medieval villanovense

 El 19 de mayo, esta vez de 1803 visita la parroquia del Salvador Fray Miguel de Santander, Obispo Auxiliar de Zaragoza que luego durante los Sitios de Zaragoza tendría una ausencia destacada y una presencia importante durante la ocupación francesa: “Con sumo dolor de nuestro corazón hemos visto por nuestros ojos la suma estrechez, desaliño e indecencia de la iglesia interina de este pueblo, acomodada en una paridera o depósito de grano por el dilatado espacio de once años y considerando sobre ello, que el triste pueblo ni cabe en la misma ni ve el término de tan lamentable situación, clamando por tener casa de oración propia y decente en que pagar a Dios el culto religioso que exige de los hombres, que por otra parte es aquella tanto más dolosa cuanto con no poco celo de los fieles se halla construida una buena porción de la nueva iglesia parroquial, la que no puede darse fin por falta de concurrencia en Dios. Conmovido de todo ello nuestro patronal corazón, mándame se haga presente esta urgentísima necesidad a los partícipes en diezmos de este territorio para que penetrados de ella y concurriendo el pueblo a conducir graciosamente los materiales, como lo ha ejecutado al pie de la nueva fábrica cuya conclusión tanto interesa. Apronten aquellos del aparte que les pertenezca lo que es necesario para concluir el cuerpo de la iglesia cuando menos ya que “restalmente” no se pueda y que de esta forma los vecinos, que pagan sus diezmos, tengan el consuelo de asistir a un templo propio y decente, cual corresponde a la grandeza del poderoso, sin las grandes incomodidades que al presente experimentan a los divinos oficios”.
Alguno de los documentos que fueron
quedamos durante los Sitios

En el día 26 de julio de mil ochocientos cuatro falleció en Villanueva D. Juan Antonio Monicón, natural de la parroquia de San Pablo de Zaragoza, adulto de edad de setenta años, soltero eh hijo de D. Francisco y D. Águeda Galindo, vecino de Villanueva de Gállego recibió los santos sacramentos de Penitencia, Eucaristía Viático y Extremaunción y en el día veintiocho de dicho mes y año fue sepultado «en la nueva iglesia parroquial, precedida la bendición de sepultura», por tanto ya entonces se encontraba en servicio.

Esta nueva iglesia fue utilizada durante los Sitios como almacén para caballerías del Ejército Francés, que tenía en Villanueva el depósito de víveres, abastecimiento y hospital. Según relata Belmás:

Grupo de chicas delante de la Iglesia sin la torre y con el viejo campanario al fondo (Gentileza: Carmen Morte Oliván)
 
La División Gazan cruzó el Ebro frente a Tauste, dirigiéndose por Castejón hacia Zuera. “Marchando por las laderas de muy difícil acceso debió formar varias columnas” (Los Sitios de Zaragoza por el Barón de Lejeune). El 20 por la tarde las tropas francesas aparecieron a la vista de Zaragoza. Mientras tanto el general Gazan puso su cuartel general en Villanueva y, como no se creía lo bastante fuerte como para poner el cerco del arrabal, dejó libre todo el terreno más allá del rio Gállego. Según los papeles de Fray Teobaldo (que se conservan en el Archivo de la Colegiata San Isidoro de León; E/ 23-52) con fecha 25 de diciembre de 1808 el Secretario de Villanueva envía una confusa nota al Alcalde de Zuera en la que se quiere entender que, por su pueblo han pasado 5.000 soldados, (habla de 5.000 franceses muertos, como no sean las bajas de la batalla de Tudela) tal como le ha dicho el asistente del 2º General de los franceses y que la víspera habían llegado 200 húsares, que habían tenido cerca de 2.000 caballos en el pueblo, pero apenas 300 hombres entre infantería y caballería estacionados. Guirao, en su libro sobre Perena, recoge que el día ocho de enero de 1809, el Alcalde de Almudévar recibe una misiva del general francés exigiéndole «envíen todos los días el pan y las subsistencias que se llevan por esa villa a la de Villanueva, donde se encontraba su cuartel general». La manutención solicitada consiste en seiscientas cabezas de ganado menor y si hubiere ganado vacuno, diez cabezas menores por cada una mayor, además de cincuenta cahíces de trigo y otro tanto de cebada, bajo la amenaza de enviar tropas si no se suministra lo pedido. Oficios similares reciben los alcaldes de Perdiguera y de Gurrea entre otros pueblos.

En todo este contexto no es de extrañar que el párroco de Villanueva anote en el registro de defunciones de jurisdicción con fecha 16 de marzo de 1809 «Faustino Sarto, muerto a causa de “un accidente” y por tanto no recibió la Unción y tampoco el Viático por estar «destruida la Iglesia». Por tanto la iglesia nueva fue incendia, fortuitamente o no, por las tropas francesas durante el Segundo Sitio de Zaragoza. Por este motivo se bendijo un templo provisional en una casa particular. La nave parroquial no pudo volver a estar a disposición de los fieles hasta 1818.

 

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