Espoz y Mina en Villanueva de Gállego


Hasta el mismo Puente de Piedra llegó Espoz encorriendo a los franceses (Fotografía Coyne)
Una de las acciones más sorprendentes, pero muy poco conocida, fue la llevada a cabo por el guerrillero navarro Francisco Espoz y Mina a finales del año 1811 sobre Zaragoza. Tras espantar las guarniciones que controlaban los accesos a la ciudad, obligándoles a refugiarse en su interior, siendo perseguidas por sus tropas hasta el mismo Puente de Piedra. Su propósito era sorprender y atacar las guarniciones de Huesca y Zuera, que ya habían sido atacadas en el octubre anterior, llegando a ocupar ambas plazas. Pasando por Sádaba, Ejea y Castejón de Valdejasa. Llegaron a Zuera el día 30 de diciembre. La guarnición, avisada de su llegada y previendo sus malas intenciones, abandonó su fuerte y escapó en dirección a Zaragoza. Perseguidos por la caballería de Mina, llevaban tal apuro que un escuadrón de jinetes tuvo que salir de Zaragoza para cubrir su retirada, una vez todos en el interior de la ciudad cerraron temerosamente las puertas del puente. En esta huida precipitada algunos napoleónicos perecieron en las acequias, otros intentaron cruzar el Gállego pero se toparon con los hombres de Mina, lo que les obligó a retroceder a la otra orilla a nado por dos veces y «habiendo pegado con las partidas de los españoles, más prácticas en el terreno, les mataron algunos y los restantes llegaron a la ciudad mojados, enlodados y heridos»[1].
Trabuco y atalajes de guerrillero

Una interesante versión de los hechos ha llegado a nuestros días gracias a Faustino Casamayor[2], quien anota en su diario que, el día 29 de diciembre de 1811 a las once de la noche, recibieron un parte en el cuartel general de los franceses en el que se indicaba que la tropa del General Mina, con su segundo Cruchaga, habían pedido raciones en la Villa de Zuera ese mismo mediodía. Los guerrilleros esperaron el atardecer para entrar en la localidad. El ataque a la guarnición zufariense se produjo esa misma noche. Mientras un avance de las tropas se dirigió hacia Villanueva y la caballería atravesaba el río Gállego para entrar en San Mateo, situada justo frente a Zuera, ocupando de esta manera las tres poblaciones en pocas horas. A la vista de esto, el General París, Comandante de Aragón, que esos días se encontraba enfermo. Ordenó que salieran algunas tropas «pero tuvieron que retirarse muy pronto por la muchedumbre de españoles que bajaron hasta Juslibol, Alfocea y torres del Arrabal». Entraron en los molinos, de donde se llevaron algunas talegas de harina para los caballos del Ejército de Mina y «aun tuvieron la valentía de llegar más acá de la torre del Arzobispo y batería inmediata al Convento de San Lázaro, donde mataron al centinela polaco» que se encontraba allí apostado.

El día 31 todavía se mantuvieron las tropas de Mina sobre el terreno y aun pasaron con la caballería a Villanueva de Gállego, donde se hospedaron. Las tropas españolas llegaron a tener algunas escaramuzas con los napoleónicos de las guardias inmediatas a la ciudad. Una compañía que había salido a vigilar el campo fue atacada por los guerrilleros, de este choque hubo cinco soldados muertos junto con un oficial y diez heridos, refugiándose los supervivientes inmediatamente en la capital. Los hombres de Mina estuvieron todo el día por la huerta.

El primer día del año 1812 salieron como unos doscientos hombres de infantería y otros cincuenta húsares, los cuales llegaron hasta Villanueva de Gállego, «a cuya hora habían marchado los 400 hombres de la caballería española que habían hecho noche en aquel pueblo a las órdenes del General Mina quién, a esas horas, ya se encontraba en la Ciudad de Huesca, donde había puesto por ahora su Cuartel General».

El 31 de marzo de 1812, tres meses después de la incursión de los guerrilleros en el valle del bajo Gállego, se presentó en el Ayuntamiento de Villanueva una persona que respondía al nombre de Vicente Pérez, natural de San Felipe de Jativa, hijo de Miguel Pérez y de Rosa Miralles. Aducía el mencionado ser “desertor” de la tropa del Sr. Mina, a quien servía en la 1ª. Compañía del 1º. Batallón de dicho cuerpo. Contaba con 33 años, medía cinco pies, tenía frente regular, ojos garzos, cejas negras, nariz abultada, boca regular, barba cerrada y cabello negro. Vestía chaqueta de color de la lana, chaleco rayado de pana negra, calzón con medias negras y calzaba alpargatas[3].

La segunda vez que llegó Espoz a las puertas de Zaragoza, sin llegar a entrar, fue con motivo de la liberación o huida de las tropas francesas el 10 de julio (aun quedó un retén en la Aljafería resistiendo hasta primeros de agosto). Mientras el navarro discutía con el desconocido general Duran, sobre quien debía entrar primero en la Capital. El general París escapó, Mina se dio cuenta y fue tras él hasta Leciñena. Mientras tanto sus hombres ocupaban el bajo Gállego. «Ventaja fue la prisión hecha en el mismo día por el alférez de caballería Rodrigo en Villanueva de Gállego, de treinta gendarmes, de treinta y cuatro que acompañaban al jefe de escuadrón Antoine, edecán y cuñado del Mariscal Suchet, que desde París traía pliegos e instrucciones para este mariscal, quedando también prisionero el edecán mismo. Y ventaja fue y resultado de la esta misma jornada la ocupación que yo hice con mi caballería y la de Sánchez de porción de carros cargados de granos que, retrocediendo en dirección de Zaragoza, el día siguiente 11, encontramos en el camino»[4].

 


[1] José Mª. Iribarren, Mina el Guerrillero. Aguilar 1968 págs. 366-7
[2] Biblioteca General Universidad de Zaragoza. Faustino Casamayor: Anales políticos e históricos
[3] Archivo Municipal de Villanueva de Gállego, Legajo 52-1.
[4] Memorias de Espoz y Mina I (Estudio preliminar de Miguel Artola) Madrid 1962. pág. 155, año 1813 mes de julio Biblioteca de autores españoles

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