San Cristóbal y el pontón de Peñaflor de Gállego
Talla de San Cristóbal que se conserva en la Iglesia de Peñaflor (Zaragoza), como se puede apreciar maneja al Niño Jesús con gran desenvotura |
Cuenta la tradición que Cristóbal era
pontonero pero no del Regimentó, sino que era el encargado de manejar la barca
que transportaba a los habitantes, animales y enseres de una orilla del río de
su pueblo a la otra. El caso es que, durante una noche tormentosa se encontraba
transportando un niño que, poco a poco se convirtió en una pesada carga, hasta
el punto de que Offero, que así se llamaba en realidad Cristóbal, se doblaba
bajo su peso, pues era un hombre de gran envergadura y estatura, la necesaria
para este tipo de trabajos. Cuando llegaron a la orilla opuesta, el niño se le
reveló como Jesucristo y le dijo que desde ese momento cambiaría su nombre por
el de Cristóbal, del griego Christophoros que significa portador de Cristo.
Jesús le ordenó cruzar de nuevo el río y plantar su bastón en la tierra, al día
siguiente comprobó que había florecido como una palmera y comenzó a dar
dátiles. De tal manera le afecto lo sucedido que Offero comenzó a predicar el
Evangelio bajo el nombre que le había dado el Señor, por tierras de Turquía que
era donde vivía. Pero no eran tiempos fáciles para el Cristianismo, estamos en
el siglo III, fue perseguido por el Imperio Romano y condenado a muerte.
Aguantó todas las torturas a las que fue sometido primero quemado y luego
asaeteado, hasta que finalmente fue decapitado. Es invocado contra las
inundaciones, las plagas y las tormentas, (males típicos veraniegos, no
obstante su festividad es el 10 de julio) así como por los viajeros. Fue muy
popular su devoción durante la Edad Media (seguramente por los peregrinos),
pero decayó en el siglo XVII para renacer en la segunda mitad del siglo XX. Es
la típica figurita que se colocaba sobre un imán en los salpicaderos de los
coches para desear buen viaje.
Cristóbal Carceller comentaba en
Facebook que nació tal día como hoy hace 88 años, aprovecho para felicitarle y
desearle un buen día, decía que dos años antes de nacer él, es decir hace 90, una
terrible inundación arrasó Villanueva de Gállego y San Juan de Mozarrifar, por
lo que a este santo se le consideraba casi maldito en el lugar, al no haber
protegido a los vecinos del bajo Gállego de las aguas claro. Con todo en
Peñaflor, que está al otro lado del Gállego, no paso nada y es que es patrón de
ese núcleo de población, en su iglesia se conserva una imagen bastante curiosa
del santo pontonero. Entre Peñaflor y Villanueva existía, hasta no hace mucho,
una barca que comunicaba ambos pueblos y que era muy transitada, no obstante es
una aspiración casi centenaria solicitar un puente entre ambas poblaciones.Ayer me contaban que los agricultores de este barrio zaragozano se disputaban el primer melón de la temporada para ofrecérselo a San Cristóbal (el primer melón "pal" cura, bueno Pedro se lo merece, es buena gente).
La fotografía del Pontón de Peñaflor es por gentileza de una buena seguidora de este blog, que lo se, Pilar Lisón Tajada.
Me ha gustado mucho tu relato Carlos.Conocía más o menos la historia porque soy de Peñaflor y lo de que aquella riada no inundó Peñaflor, quizás sea porque Peñaflor está encima de una peña (Peña-flor), jeje, no obstante también hace muchos años hubo otra inundación en Peñaflor, pero esta del barranco, que curiosamente también se llama barranco de San Cristobal, quizás porque pasa cerca de la ermita de San Cristrobal.
ResponderEliminarBueno gracias y saludos, son historias de mayores pero que gusta recordarlas.