Ciento cincuenta años de la Consagración del Pilar

La cúpula principal del Pilar, que se consagró el 10 de octubre de 1872

Hoy me ha llamado Vita Ventura quien junto con Sara Lambán; se encargan de llevar las tardes en Aragón Radio con el programa “La buena vida”. Yo a Vita la conocí cuando empezaba y aunque hace tiempo que no nos vemos personalmente, de vez en cuando yo a ella sí, en la Tele aragonesa y hoy me ha llamado para pedirme que intervenga en su programa, cosa que he agradecido mucho, para hablar de Francisco Pradilla y del 150 aniversario de la Consagración del Pilar, que se celebra este año y del que tenemos noticia gracias a uno de sus dibujos publicados en la Ilustración Española y Americana. Así que me he puesto a rebuscar información sobre el evento y me he tropezado con esta crónica del Diario de Avisos de Zaragoza, publicada tal día como hoy, pero de 1872 y en la que se da un repaso de los actos organizados para celebrar la consagración del primer templo mariano aragonés. 

Madrugaron ese día pues a las seis y media de la mañana dio principio la gran ceremonia de Consagración del Santo Templo Metropolitano del Pilar. Dice la noticia “por un acto de deferencia de nuestro dignísimo Prelado don Manuel García Gil (que llegaría a inaugurar la etapa de cardenales cesaraugustanos) ofició en tan augusta (nunca mejor dicho) ceremonia el Excmo. Sr. Cardenal Arzobispo de Santiago de Compostela, don Miguel García Cuesta”. Además de estos dos prelados asistieron también Cardenal Arzobispo de Valladolid y la Habana, los obispos de Ávila, Badajoz, Burgos, Calahorra, Gerona, Nueva Cáceres en Filipinas, Palencia, Pamplona, Santander, Sigüenza, Zamora, auxiliar de Madrid y todos los aragoneses, excepto el de Tarazona que se encontraba enfermo. En total hasta 19 prelados con el fin de participar acto calificado de extraordinario. Toda la ceremonia duró hasta las 12 y media de la mañana, es decir más de seis horas. 

Por su parte, el Diario de Zaragoza en su edición del 12 de octubre de 1872 recuerda que el acto se verificó el día 10 de octubre y que el templo había permanecido cerrado durante ocho años para realizar las obras que consistían en levantar la gran cúpula central y las cuatro laterales que faltaban, además del impresionante retablo de Damián Forment. Según dice el diario: “las magníficas obras que felizmente han terminado, serán un eterno testimonio de la generosa piedad de los zaragozanos y de su gusto por las artes” muchas parroquias sufragáneas del Pilar también habían contribuido con sus diezmos destinados a la “obrería del Pilar”. El periódico dice que la ceremonia fue precedida con 21 cañonazos, salvas realizadas por una compañía de artillería que estaba dispuesta en el paseo de la Ribera. La primera parte se llevó a cabo en el exterior de la iglesia, donde se había levantado un “altarcito provisional” para hacer en él las ceremonias de rúbrica. El acto se desarrolló con “una mezcla de cánticos sagrados, procesiones alrededor del templo y otras ceremonias sagradas ininteligibles para el periodista. Poco antes de las diez de la mañana, los Obispos asistentes y el clero que les auxiliaba, penetraron en el templo por una de las puertas que dan a la ribera del Ebro y media hora más tarde, se habrían para el público las 2 puertas que dan a la plaza del Pilar, por las cuales “penetraba la muchedumbre de gentes que desde la primera hora de la consagración, estaban apeadas en dicha plaza”. 

Una vez dentro del Pilar continuó el acto en el altar mayor y en los laterales de San José y de los Nueve convertidos, que también fueron consagrados, siendo el consagraste el Sr. Cardenal Arzobispo de Santiago quien “a pesar de sus muchos años mostró una actividad extraordinaria (falleció pocos meses después a la edad de 69 años) a lo cual se debió que no fue tan larga la ceremonia”. A las once y media, cuando terminó el acto religioso de la consagración “se dispararon otros veintiún cañonazos cuyos estruendos y ecos, mezclados con los acordes del órgano que empezó a sonar en aquel momento y con los cánticos sagrados, formaban un sublime concierto”. Entonces comenzó la misa que celebró también don Miguel García Cuesta, cantada y acompañada por las capillas de la Seo y el Pilar. Los señores representantes del Municipio, de la diputación provincial precedidos por los timbales y maceros entraron en la iglesia y se colocaron en su sitio de preferencia que tienen reservado para los actos religiosos. Al frente de la comitiva iba el Sr. Gobernador Civil y el Excmo. Sr. Regente de la Audiencia Territorial. Al tiempo de reservar el Santísimo, volvieron a sonar otros 21 cañonazos con lo cual, la misa terminó cerca de la una. El cronista termina diciendo que “la ceremonia desde el principio hasta el final fue magnífica, digna del templo que se consagraba y de las personas que participaron en el acto. Zaragoza no olvidará nunca esta gran solemnidad.

La cúpula por el interior del Pilar

Volviendo al Diario de Avisos, este recoge que por la tarde a las cinco y media, “ofició nuestro dignísimo Prelado (don Manuel García Gil) en el solemne Te Deum compuesto por el célebre maestro Hilarión Eslava en cuyo canto, ejecutado en la suntuosa cúpula principal” recién inaugurada y consagrada. El efecto de los cantos realizados desde el balconcillo de la misma, “era indescriptible: por un lado el sonido aparecía en distintos puntos y por otro, el eco y las notas tomaban desde aquellas alturas un sentimiento de pureza, de elevación, de sublimidad y misticismo, que parecía uno transformado a regiones verdaderamente celestiales”. Otro detalle interesante que recoge el Diario es el de la iluminación del Templo que según dice el cronista estuvo sorprendente “ya por la colocación y buen gusto, tanto en el interior cómo en el exterior, ya por lo repentino e instantáneo del acto de encender centenares de cirios que se perdían por las inmensas cornisas de la suntuosa basílica. 

La Junta de obras del Pilar decidió conmemorar el fausto día acuñando una medalla, “digna por sus condiciones artísticas y numismáticas de Ntra. Excelsa Patrona y de su Santa Casa. Para lo que convocó un concurso a nivel europeo en este sentido. Por su parte, la prensa republicana de la época, no olvidemos que estamos en pleno Sexenio revolucionario y en las postrimerías del reinado de Amadeo de Saboya, se hico eco a través del diario local La república en su edición correspondiente a la tarde del 11 de octubre con estas palabras: “La consagración del templo del Pilar, celebrada ayer, fue un acto sobresaliente y grandioso, Zaragoza guardará de él, recuerdos imperecederos. Un inmenso gentío, acudió ayer al templo del Pilar. Las autoridades y corporación concurrieron a la metropolitana, dando así más brillantez a la ceremonia. 

Fuente: Hemeroteca Municipal de Zaragoza

La Basílica hacia 1860
En esta foto de Laurent se ve la Basílica hacia 1875, recién consagrado el Pilar. 
Luciendo la cúpula central y todas las laterales 

La basílica en la actualidad con las cuatro torres que la flanquean



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