La tía Luviges y Goya

Peñas por donde, según la tradición añorera "brincó" la tía Luviges

He oído que Francisco de Goya conoció la historia de esta añorera intemporal y que incluso, le sirvió de inspiración. Es posible que el pintor conociera la historia de Luviges pero muy indirectamente. En mis investigaciones para el libro sobre el Paloteao de Añón encontré; que hacia 1800 existía en Añón un importante terrateniente que era militar, de nombre Mateo Baquedano. Este personaje del que se hablará más adelante, fue Coronel en el Ejército y tenía una especial vinculación con los duques de Benavente y Osuna, que eran a su vez protectores y auténticos mecenas del pintor aragonés. Estos fueron quienes le encargaron al artista sus cuadros sobre “brujas” y financiaron sus “Caprichos” en los que aparecían personajes voladores y que decoraban su palacio madrileño de El Capricho, en la famosa alameda de Osuna. Es muy posible que don Mateo en sus visitas a Madrid, para cumplimentar a la Duquesa y su esposo (que era Teniente General) conociera estas obras e incuso adquiriera alguna entre otras cosas porque le recordaran la historia de la señora Luviges y que le contara a la duquesa las aventuras de la añorera y que incluso, de vuelta a Añón donde tenía casa y solía residir, recordara esta circunstancia y que de ahí naciera la relación de la abuela añorera con Goya. Si fuera esto así, el dato entre otras cosas nos confirmaría que la leyenda de la Tía Luviges tiene al menos dos o tres siglos de antigüedad y por tanto, un fuerte arraigo entre los añoreros. Quizás esto sea lo más destacable y es que las leyendas tienen un trasfondo de realidad más o menos exagerada y casi siempre, suelen contener alguna moraleja o explicación moral. 

No consta que los últimos comendadores de Añón vivieran en el castillo y ni mucho menos que hicieran alguna visita a la encomienda no obstante, tenían obligación de presentar memoria de sus actividades y al menos estar informados de lo que sucedía en los territorios bajo su jurisdicción[i]. Al último de ellos, don Gerónimo Roca de Togores y Juan actuó como “apoderado” en su toma de posesión de la encomienda «Don Matheo Baquedano y Eraso, Coronel de los reales exercitos, domiciliado en dicha villa en nombre y como procurador legítimo que es del Ylustre Sr. Fray D. Gerónimo Roca y Juan»[ii]. Este oficial que poseía varias propiedades y casa en Añón, fue coronel con destino en Soria y también en Navarra, participando en la Guerra de la Convención y es el mismo del que sabemos que estaba protegido por la Condesa duquesa de Benavente, la mecenas de Goya. Poco más se sabe de él, salvo algunas cartas que se conservan en el Archivo Histórico Nacional en las que don Mateo le solicita ayuda para sus tropas y también en las que le agradece este interés. Es muy posible que en algún momento, el coronel hubiera cumplimentado a la duquesa en su palacio del Capricho y allí le hubieran llamado la atención las pinturas del ilustre aragonés. 

Este personaje forma parte de una familia originaria de Valtierra (Navarra) pero con importantes intereses y raíces en la ciudad de Borja y su entorno, donde tuvieron una importante presencia a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Un hermano de Mateo, moriría aplastado por la turba al intentar contener a la población ante el avance francés tras la primera batalla de Tudela en 1808[iii]. En cuanto a Mateo Baquedano; sabemos que se conserva una importante correspondencia entre él y la duquesa de Benavente (la otra duquesa pintada por Goya junto con su marido y su familia) durante la guerra de la Convención francesa[iv], hacia 1795. Después de esta fecha se tienen noticias dispersas como que era Teniente Coronel agregado al Provincial de Soria o que pasó a Coronel graduado de infantería en Burgos, según cita La Gaceta de Madrid con fecha 17 de febrero de 1797 (pág. 138). El nombre de su viuda, María Telesfora Vidaurreta Ximénez, aparece en el “Catálogo de fondo de pensiones por viudedad o de toca de orfandad perteneciente a la primera sección del Archivo General Militar de Segovia: Años 1790 a 1815 y 1824 a 1826 inclusive”[v] por el que solicita una pensión de viudedad. Esta señora es la misma que según Carlos Mas, había estado en su casa la tarde del 7 de julio de 1816, en amable reunión y tertulia junto con «varios sujetos de los más decentes y principales del pueblo»[vi] entre los que se encontraba el párroco de Añón, Blas Rubio quien al salir de esta casa y dirigirse a la suya, recibió un balazo que le causó la muerte. Sabemos que el matrimonio Baquedano-Vidaurreta tuvo un hijo de nombre José María, nacido el 7 de mayo de 1794 y que estudió en el seminario de Vergara[vii] (Guipuzcoa) entre 1806 y 1808, pero su vida siguió otros derroteros que los eclesiásticos. Se sabe que adquirió en su día “una punta de ganado bravo a Manuel Ximénez, vecino de Cascante; lidiando sus reses en varias plazas de la zona, entre ellas Tarazona”. Se conoce que la viuda de José María Baquedano, María Remigia Ezpeleta, vendió a su vez a Estanislao Sánchez entre otros bienes “El Altar o Retablo de Santa Teresa, con otras imágenes colaterales y ensambladuras, talla y adornos que se encontraban en la Iglesia Parroquial de la Villa de Añón, “frente a su Portalada”[viii] y valorado en setenta y dos duros. La Vendedora era madre de Mª Manuela Baquedano Ezpeleta, esposa de Laureano Ibar Navarro, célebre ganadero de reses bravas a mediados del siglo XIX y vecino de Arnedo (en la Rioja). La operación se realizó con fecha 27 de agosto de 1848 y se firmó en Tudela ante el notario Francisco de Paula y Anchorena[ix].

De los caprichos voladores goyescos "Volavérunt"
es sin duda alguna el más famoso


[i] Testimonio de Manuel Gracia, miembro de la Orden de San Juan de Jerusalén y presidente del Centro de Estudios Borjanos: https://www.youtube.com/watch?v=vH3X3OCT-Eo&t=84s

[ii] AHN. Ng.3365 OM. 8102 exp. 4

[iii] Gracia Rivas, Manuel. Diccionario Biográfico de personas relacionadas con los veinticuatro municipios del antiguo Partido Judicial de Borja (Volumen I) Centro de Estudios Borjanos, Institución Fernando el Católico. Zaragoza 2005. (págs. 175-182).

[iv] Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza (1.4 Archivo de Benavente)

[v] Autor de la obra: Epifanio Borreguero García y se conserva en el Archivo Militar de Segovia

[vi] Más Arrondo, Carlos. Historia de la humanidad en miniatura… (págs. 209-11)

[vii] El Real Seminario de Vergara era en esa época la institución escolar más prestigiosa e importante de España, allí se educaban las élites de la sociedad.

[viii] Se refiere a la capilla donde se encuentra el retablo de Nuestra Señora de los Ángeles y que según Carlos Mas, “se construyó posiblemente a principios del siglo XVII como capellanía de patronato, cuyo titular no se ha podido precisar” (pág. 187). La misma capilla que posee el retablo con el cuadro del gaitero.

[ix] Villanueva Sáenz, Ramón “D. ESTANISLAO SANCHEZ PUY Abogado, Alcalde Mayor de S. Feliú de Guixols y ganadero de reses bravas y su enlace familiar con descendientes de Roque Alaiza y Felipe Del Saso”. Revista del centro de estudios de la Merindad de Tudela n. 24 (2016) págs. 127-178.

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