Culecas y madamas de Borja y el valle de la Huecha (Zaragoza)

del libro: Tradición oral del Moncayo aragónes


Hoy en la comarca de Borja y Tarazona es el día de las culecas, pero no son unas tortas redondas con huevos y longaniza, como en muchos lugares de la geografía aragonesa que se consumen el día de Pascua, no. Se trata de algo muy diferente y simbólico, consisten en unas figurillas femeninas (solo femeninas) hechas con masa de bollo o de pan y que llevan en este caso dos huevos adornando la falda. Son todas igual, representan sincréticamente la forma de una mujer con un enorme faldón y los brazos en jarras y sin cabeza o al menos forma de ésta definida, ya que otra posible lectura es que  fueran con los brazos levantados y sujetando la cabeza, que esta es otra posible interpretación. En la localidad de Añón de Moncayo, tras la Semana Santa, la gran fiesta de la primavera era San Jorge, el 23 de abril. Es curioso pero no hay, ni tampoco se tiene constancia de que hubiera en tiempos remotos una ermita dedicada a “San Jorge el culequero, revuelve casas y laminero”, tampoco existe talla o imagen del santo guerrero capadocio:

“Ya ha llegado San Jorge
y no me has dado culeca
luego llegará San Juan
no podré ramo en tu puerta”

Esa era la contestación que solían dedicar los mozos a las chicas que no les habían regalado la culeca  y que luego se compartía durante una comida campestre, después de la cual se hacía baile, pues la masa solía tener forma de mujer, con los pechos realzados por dos huevos.

En 2004 apareció un comentario al respecto en un blog llamado: https://conjeturas.blogia.com/2004/042601-la-culeca-y-gimbutas.php titulado “la culeca y gimbautas”. En esta entrada se hacía referencia a un artículo aparecido en el Heraldo de Aragón por esas fechas y firmado por Javier Lerín, quien había cedido la foto que ilustraba la entrada. El autor del blog aseguraba que “en ningún caso era capricho del panadero ni por supuesto del autor. Esta es la forma que tiene "de toda la vida" es más, no sólo es una tradición de la localidad zaragozana de Borja, sino que se hace en bastantes pueblos de la Comarca y el somontano del Moncayo aragonés. Se fabrican en todas las panaderías y seguramente en alguna casa de manera artesanal. Posee forma de "mujercilla" con los brazos en jarras o levantados en señal de alegría o saludo, pasando por detrás de la cabeza (ya hemos dicho), mientras que en la parte inferior y sobre la falda lleva uno o dos huevos duros, aunque otras no aparece tal adorno sin embargo “es común a todas ellas estar sujetadas por un trozo de caña que la penetra de abajo a arriba para poder ser cogida”. Se elaboran por San Jorge y no suele faltar en ninguna casa de ningún pueblo de la redolada de Borja y valle del Huecha. “Es muy propio que los abuelos la regalen a los nietos. Otras culecas -sobre todo para los niños- llevan un baño de bizcocho blanco”.

Fuente: http://cesbor.blogspot.com/2020/04/comeremos-la-culeca-confinados.html#more


El informante desconoce su antigüedad aunque y según él: “para encontrar el inicio de esta tradición en personas octogenarias, éstas ya la conocían de sus padres y abuelos, así que habría que echarle al menos dos siglos” atrás.

Al autor del blog le llama la atención que la forma de estos pastelitos pudiera ser anterior incluso al diseño de las venus de Willendorf o similares, por su forma. En cualquier caso con o sin mona, pudiera haber cierta asociación entre los huevos de pascua y la fertilidad, así como “un montón de relaciones con Astarte, Ostarte y la propia palabra "Easter". Traigo a relación esta cita porque, personalmente cuando las vi por vez primera, me trajeron a la memoria las figurillas de terracota del arte minoico cretense y de las islas Cícladas del mar Egeo en la Grecia antigua y por tanto, estarían inspiradas en esas figurillas del primitivo arte del Mediterráneo oriental, con quien pudiera guardar cierta relación, baste por tanto esta humilde aportación a los orígenes de la Culeca o Madama, como también se le conoce, en los confines de las civilizaciones mediterráneas antiguas y en el culto a la fertilidad y a la primavera.

Me hubiera gustado haber probado este año una de esas culecas, pero no puede ser, otro año será. Aunque estoy seguro que en muchos lugares entre Borja y el Moncayo, hoy no se privarán de semejante manjar histórico y antropológico que nos retrotrae a viejas tradiciones.

Figurillas representativas del arte minóico (Grecia antigua)

Figurillas representativas del arte cicládico (Grecia antigua)


Fuente: Centro de Estudios Borjanos




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