San Gregorio Ostiense
Cuenta una historia que, cuando
Sancho Ramírez peregrinó a Roma con el fin de que el Pontífice reconociera sus
estados como reino feudatario del Papa éste, que por entonces reinaba bajo el
nombre de Alejandro II, accedió a su petición bajo dos condiciones; una
monetaria y la otra espiritual. La monetaria consistía en que cada año el día
de San Pedro, el monarca debía entregar a Roma un Mancuso de oro (que era una
moneda de la época), la otra era que debía implantar en sus territorios el rito
católico romano y abandonar el mozárabe o hispano, que hasta entonces era el
tradicional en la península Ibérica además, debía obligar a los restantes reinos
cristianos de la zona que aceptaran el rito pontifical. Como supervisor de que
todo esto se cumplía, el Papa encargó al obispo de Ostia, llamado Gregorio que acompañara
al monarca pirenaico y controlara el paso del rito mozárabe al romano y su
establecimiento.
Gregorio llevó consigo a algunos
monjes benedictinos de la reforma de Cluny, con el fin de que le ayudaran en
esa tarea y así fue. En primer lugar se hicieron cargo del centro espiritual
del reino, el real monasterio de San Juan de la Peña, lugar en el que por vez
primera se dijo una misa por el rito latino e implantándolo de esta manera en
la península. Con el apoyo de los monarcas aragoneses, Gregorio fue expandiendo
la fe católica allá por donde pasaba, lo cierto es que tuvo éxito en su tarea y
su labor le ha hecho ser patrón en numeroso pueblos en la ribera del Ebro,
tanto en la Rioja, como en Navarra y Aragón; en Zaragoza el barrio de
labradores por excelencia y situado al norte del Ebro, está dedicado bajo la
advocación de San Gregorio, los mismo sucede en Tudela y en otras localidades
donde el 9 de mayo es fiesta. Durante muchos años ha sido considerado patrón de
los labradores riojanos, navarros y aragoneses a quien invocan contra el mal de
la langosta.
También es protector de todos
aquellos que realizan el camino de Santiago, su basílica está muy cerca de Estella
en Navarra y es que, entre otras tareas también se encontraba la de
acondicionar el camino a Compostela para los peregrinos, de hecho y según su
historia oficial, Gregorio llegó a Navarra a finales del reinado de Sancho III
el Mayor, con el fin de informar al Papa de cómo se estaba organizando el
Camino de Santiago y aquí falleció hacia el año 1044.
San Gregorio |
Comentarios
Publicar un comentario